Su vehículo de calle y el F2012 de Fernando Alonso tienen algo en común: el 99% de los ingredientes que integran la gasolina de ambos son iguales. Sin embargo, el 'ajuste' químico especial en el combustible del Ferrari le convierte en una pócima mágica que transformaría su turismo personal. No le convertiría en un trueno capaz de alcanzar los 200km/h al toque de acelerador, pero sí percibiría un mejor rendimiento y suavidad. Del precio, hablamos luego.

Cara Tredget, Responsable de Técnología de Shell para Ferrari contaba a El Confidencial un divertido y promocional experimento al respecto. “En 2009 fuimos a Fiorano (la pista particular de Ferrari) con el combustible de Fórmula 1. Tras las pruebas, vaciamos de gasolina el monoplaza de Alonso, fuimos a la estación local, cogimos combustible de allí y lo pusimos en su monoplaza. La diferencia de tiempo fue de casi un segundo entre los dos combustibles, el de calle y el de competición. No parece tanto, ¿no? Para ir al supermercado, no importa esa diferencia… Sin embargo, en la Fórmula 1, incluso las milésimas sí determinan la victoria o la derrota”.

En realidad, en la competición estamos hablando de un combustible 'ultrapuro' frente al 'standard', Tredget mostraba dos pequeñas cápsulas, una con la gasolina extraída del coche de Alonso, y otra del de Massa: el combustible de Fórmula 1 es totalmente transparente. “Y también huele de forma totalmente diferente”. Todo ello, sin contar con las impurezas normales presentes en toda gasolina de surtidor.

Equilibrio entre potencia y eficiencia

Las estrictas normas de la FIA para regular el uso y la naturaleza de los combustibles de Fórmula 1 estipulan que solo se pueden utilizar componentes que aparezcan en gasolinas convencionales. En total, son casi doscientos. A partir de aquí, entran en juego los ingenieros y técnicos para convertir ese combustible con componentes 'de calle' en una gasolina de 'oro'. “Ferrari nos pide unas características, y nosotros maximizamos las del combustible básico y ofrecemos diferentes mezclas, a veces con pequeños cambios, a veces con grandes variaciones. Luego, sus ingenieros las prueban en sus bancos de motores y, si el rendimiento es prometedor, harán más pruebas de largo recorrido con el propulsor”.

Lógicamente, diferentes circuitos exigen distinto comportamiento y diferente tipo de combustible. Por ejemplo, hay circuitos que exigen mayor consumo de combustible que otras, por lo que prima la eficiencia volumétrica, es decir, para un volumen concreto de una gasolina determinada esta ofrece más potencia. En definitiva, se trata de lograr con los diferentes tipos de gasolina “el mejor equilibrio entre potencia y eficiencia”.

El peligro de la contaminación, pero de otro tipo

Las necesidades de combustible de un equipo como Ferrari son muy elevadas. Shell entrega anualmente unos doscientos mil litros, destinados tanto a los bancos de pruebas de Maranello como a la competición en pista. A cada carrera se transportan unos dos mil litros, cantidad muy superior a la realmente necesaria cada fin de semana, pero que cubre la eventualidad de que llegue la mayor pesadilla: la contaminación del combustible. Porque lo convertiría en gasolina ilegal.

Para evitar cualquier peligro y controlar permanente su calidad, Shell cuenta con un laboratorio incorporado a los mismos camiones del equipo italiano, diferente según se trate de carreras europeas o no. En este, tres personas analizan constantemente las gasolinas y lubricantes suministrados por la petrolera a Ferrari. “Aquí comprobamos el combustible no se altere, por ejemplo, cuando se transporta, por un clima excesivamente caluroso, porque se mezcle un combustible nuevo con uno antiguo en los conductos del monoplaza... Todas estas causas pueden potencialmente convertir el combustible en ilegal”. Porque una gasolina no conforme no significa que sea, necesariamente, tramposa”.

Controles como en el dopaje

Tredget nos mostraba una muestra de un combustible totalmente nuevo que se iba a incorporar al coche de Alonso para el Gran Premio de España. “Hemos mandado un litro a la FIA para que comprueben que es legal. Pero en cualquier momento del fin de semana pueden tomar muestras aleatorias del coche, de la manguera de llenado... Es un control similar al del atletismo, puede llegar en cualquier momento y lugar”.

Pero tan importante como la gasolina son los lubricantes, “porque con ellos va en juego la vida del motor”, explica Tredget. En este apartado, “el verdadero desafío es lograr más potencia a través de aceites más delgados y finos. Es mas difícil que el combustible, porque los motores tienen que durar más, la gasolina se consume, pero el impacto del aceite se mantiene toda la vida del motor”. Además, el campo de los lubricantes es extraordinariamente complejo, porque también es necesario simular y comprobar su funcionamiento dentro de un motor, ya que no es igual rodar casi parado en la horquilla de Loews en Mónaco, que pasar Eau Rouge a fondo en Spa. “Intentamos imitar las fuerzas a las que el propulsor está sometido. Y para ello, es importante llegar a romper los motores. Si no lo haces, no sabes lo lejos que puedes llegar con ellos”.

El vínculo entre los ingenieros 'de carreras' y 'de calle'

En total, una marca como Shell destina cerca de cincuenta ingenieros y técnicos al programa de Ferrari. Pero, a pesar de la sofisticación que supone desarrollar combustibles y lubricantes en la Fórmula 1, las normas de la FIA “pueden no ser tan buenas para los científicos, porque estamos restringidos. Sin embargo, esto permite tener un vínculo muy fuerte entre nuestros científicos para el equipo Ferrari y aquellos que trabajan para los combustibles de los coches de calle”, explica Tredget. Por ejemplo, además de sus componentes básicos, los aditivos son otro elemento importante en un combustible. En este apartado, Shell cuenta con un grupo denominado FMT (Friction Modified Tecnology) que “están en el coche de Alonso y Massa, pero también en cualquier coche en cualquier parte del mundo”.

Así que, podemos ir al supermercado con nuestro coche con el mismo combustible que el utilizado por el monoplaza de Fernando Alonso. Pero llegado el preocupante momento pagarlo, ¿Cuál sería el precio de un litro de esta 'dinamita'? “Pues nunca no lo he calculado pero…”, y mientras Cara Tredget sonríe, piensa en la respuesta. “Pues no se le puede poner precio porque… es único