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31 de Mayo de 2012 | Categoría:
El debate sobre la implantación de peajes en las autovías públicas avanza silencioso por los despachos de la administración y bulle con optimismo en los del sector privado. De puertas para adentro, en el Gobierno el asunto gana enteros, pero la opinión pública rechaza con contundencia la "tarificación" de las vías gratuitas.
Visto el drástico recorte de la inversión productiva que ha acometido el Gobierno, el sector de la construcción civil ha propuesto cobrar por el tránsito de los vehículos ligeros y pesados, diferenciándolos.
En concreto, el Centro Español de Excelencia y Conocimiento de la Colaboración Público Privada (Cecopp) ha elaborado un extenso y detallado informe, que se presentará mañana. Dicho estudio -coordinado por el profesor de la Universidad Politécnica de Madrid José Manuel Vassallo- detalla las "tarifas medias" que se cobrarían en las autovías. "Para vehículos ligeros, una vez ponderados los valores para cada tipo de vía, se obtiene una tarifa media de 0,0313 euros por kilómetro, empezando en 2017.
En el caso de vehículos pesados, la tarifa media calculada es de 0,0793 euros por kilómetro, desde 2013". Se aplicarían descuentos y habría horas punta y horas valle, pero con estas tarifas medias se puede calcular que viajar de Madrid a Barcelona (618 kilómetros) costarían 19,3 euros para un automóvil y 49 para un camión. Es decir, 38,6 y 98 euros, respectivamente, si el viaje es de ida y vuelta.
Todo esto, claro, siempre que no se transitara por los peajes que ya hay actualmente, sino por vías gratuitas (cosa que en el caso de Barcelona-Madrid es difícil). Ir y volver en un vehículo ligero desde Madrid a Valencia tendría un coste de 22 euros; a Sevilla, de 32 euros; a Alicante, de 26 euros. De Barcelona a Sevilla el precio subiría hasta los 65 euros (32,7 por trayecto).
Así se puede calcular cualquier ejemplo. El trayecto más caro entre dos capitales sería Cádiz-Gerona. Si se introdujeran los peajes en las vías públicas, conducir un utilitario desde la capital gaditana hasta la provincia catalana costaría una media de 43 euros (86 si se incluye la vuelta).
INGRESOS
Este escenario sería muy rentable para las arcas públicas, que podrían dedicar a la conservación de la red de carreteras unos ingresos muy elevados. El informe especifica que "con las proyecciones de tráfico y con el esquema tarifario definido, se estiman unos ingresos anuales de 1.691 millones en el primer año de implantación, donde sólo se tarifica a [vehículos] pesados.
Posteriormente, los ingresos experimentarían un crecimiento significativo en 2017, con la incorporación de los vehículos ligeros a la tarificación, "de modo que se obtienen unos ingresos para dicho año de 4.442 millones. Los ingresos continúan creciendo con el paso de los años, teniéndose en 2033 un valor de 5.610 millones".
En cuanto a los gastos que implicaría este nuevo sistema -costes de mantenimiento, reparación, explotación e inversiones en futura construcción-, a corto plazo ascenderían a 2.482 millones, mientras que en el largo plazo la cifra sería de 3.827 millones. Así, en el futuro los peajes no sólo sostendrían las carreteras, sino que dejarían beneficios en las arcas públicas.
De hecho, éste es uno de los argumentos principales del Cecopp: "La Unión Europea ha ido manifestando la necesidad de introducir, dentro del desarrollo de su política de transportes, el modelo de pago por uso de las infraestructura". Este planteamiento "es acorde a los principios de el usuario paga y quien contamina paga. Además, la implantación de un sistema de tarificación permite obtener recursos para la financiación de la infraestructura".
Por último, el estudio detalla que "en algunos países el modelo se encuentra consolidado, pues fue implantado hace ya varios años (Alemania, Suiza o Austria)". En otros, la introducción es relativamente reciente (Eslovaquia o República Checa) y en algunos se establecerá próximamente, como Francia.