El derrumbe del consumo de carburantes en España va camino de provocar un nuevo agujero en las cuentas del Gobierno. La demanda de gasolina y gasóleo acumula en los nueve primeros meses del año una caída del 6,3%, según recogen las últimas estadísticas publicadas por la corporación estatal Cores. La situación ha empeorado en septiembre, mes en el que la subida del IVA y el encarecimiento de estos productos han provocado un descenso histórico en su consumo del 13,6%.

Estas cifras suponen un nuevo varapalo para las cuentas públicas, que recaudan aproximadamente un 30% del precio de venta de estos productos a través del Impuesto Sobre Hidrocarburos y otro 21% mediante el IVA. La caída de la demanda hundirá este año los ingresos por el primero de estos tributos -enmarcado en la categoría de Impuestos Especiales- hasta registros del año 1998.

En cifras, Hacienda había presupuestado para este ejercicio 9.094 millones de euros procedentes del Impuesto sobre Hidrocarburos, lo que ya de por sí suponía una reducción del 2,4% respecto a 2011. Con lo que el Gobierno no contaba era con la escalada del precio de los carburantes experimentada en verano y con el agravamiento de la crisis durante el ejercicio. Ambos factores han hundido hasta el mes de septiembre un 7% la recaudación por hidrocarburos, hasta 6.507 millones de euros. Esta cifra llevaría a una proyección de 8.676 millones de euros al final de año siempre y cuando la demanda mantenga el mismo comportamiento en los próximos tres meses, lo que supondría en torno a 400 millones de euros menos que lo previsto a principios de año.

El propio Gobierno ya rectificó sus previsiones de ingresos en la presentación de los Presupuestos Generales del Estado para 2013. En el avance de liquidación adjunto a las cuentas públicas, el Ejecutivo prevé unos ingresos totales de 8.779 millones, equivalente a un descenso del 5,5% respecto a 2011, como «consecuencia de la caída del consumo, tanto por el menor nivel de actividad como por el crecimiento de los precios».

Para el próximo año las previsiones de ingresos por este impuesto son mucho más halagüeñas. El Gobierno ha presupuestado una recaudación de 10.362 millones de euros, lo que supone un incremento del 18% con respecto a 2012. El aumento no se debe a la recuperación del consumo -que el Gobierno espera que siga cayendo aunque de forma más moderada- sino a la finalización de la exención fiscal que grava a tipo cero a los biocarburantes.

Esta ayuda fiscal fue creada en 2002 para promover la incorporación de combustibles verdes en el surtidor, tal y como ordena la Unión Europea. El fin de la exención a partir de 2013 supondrá un incremento del precio de los carburantes cercano a los cuatro céntimos por litro ya que las operadoras trasladarán su coste al precio que paga el consumidor, según calculan fuentes del sector.

Pero no todo son malas noticias para el Ejecutivo, que podrá compensar parte de la caída de la recaudación por hidrocarburos este año con el incremento inesperado de los ingresos por el Impuesto sobre Electricidad. Este tributo aportará a las arcas públicas, según el avance de liquidación, 1.433 millones de euros, un 4,4% más que en el año anterior.

No obstante, los ingresos por electricidad hasta septiembre acumulan un aumento del 8,8% frente al mismo periodo de 2011 tras el fuerte aumento este año de la tarifa eléctrica. Además, la demanda de electricidad es más inelástica que en el caso de los carburantes, por lo que la caída de su consumo hasta septiembre ha sido del 1,6% en comparación con 2011, mucho menor que en el caso de los combustibles.

Víctor Martínez /Francisco Núñez