Un oasis en el desierto. Así es la situación de la infraestructura de carga eléctrica en España. Porque si bien el 2024 cerró con un total de 40.438 puntos públicos activos, lo que supuso un 33,2% más que en 2023, si hablamos de las conexiones de ultrarrápidas, es decir, aquellas de más de 150 kW, la realidad es bien distinta. Ya no tanto por el hecho de que hayan aumentado ligeramente su número sino por lo que se tarda en ponerlos en funcionamiento. Y es que más allá de la problemática de contar con una infraestructura de carga en condiciones, el verdadero quid de la cuestión reside en el tiempo que hay que invertir para que estén completamente activos.

En este sentido, según las estimaciones realizadas por la Fastned, la empresa dedicada al despliegue de servicios de carga rápida, la instalación de estaciones de recarga ultrarrápida para vehículos eléctricos en España sufre retrasos de hasta tres años. Un tiempo que se sitúa muy lejos de la media europea, estipulada en unos 18 meses. En este sentido, la firma ha señalado que la mayoría de los esos más de 40.000 puntos repartidos por nuestra orografía están ubicados en ciudades, dejando únicamente el 8,4% del total con potencias superiores a los 150 kW.

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