Las relaciones entre el Gobierno y el automóvil han vuelto a su cauce habitual. El nuevo presidente de la patronal de fabricantes de coches, Anfac, Josep Maria Recasens (máximo dirigente de Renault en España), ha tenido este martes su primera reunión con el presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, y el ministro de Industria, Jordi Hereu, donde ha expresado la urgencia de impulsar las ventas de los coches eléctricos. Es el primer encuentro entre ambas partes después de que en julio, el CEO de Seat y Cupra, Wayne Griffiths, acusara al Gobierno de no hacer lo suficiente por el vehículo eléctrico, lo que motivó su renuncia como presidente de Anfac, algo inédito en la historia de esta patronal.

El portazo de Griffiths provocó que el Gobierno aprobase la ampliación del Plan Moves III de ayuda a la compra de vehículos eléctricos hasta finales de año, además de aumentar la dotación de un programa que está siendo incapaz de estimular la matriculación de vehículos electrificados, con una cuota de mercado que ronda el 10%, muy por detrás de la media europea. Esto último es un problema para un sector que el año que viene se enfrenta al endurecimiento de los límites de emisiones de CO2 de la Unión Europea, unos objetivos que en caso de no cumplirse supondrán multas milmillonarias para el sector. Para evitar ese escenario, el motor debe de aumentar su cuota de ventas de eléctricos en los principales países europeos, entre ellos España.

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