+34 91 534 79 37
03 de Noviembre de 2021 | Categoría: La Asociación
Estamos inmersos en una transición energética que sin duda marcará el futuro de nuestra economía y el futuro de nuestra civilización, la lucha contra las emisiones contaminantes se ha convertido en la prioridad y para ello se toman medidas que tratan de evitar la catástrofe que puede llegar. La movilidad es uno de los puntos críticos por las emisiones de CO2 de los vehículos de combustión y por lo tanto una de las prioridades.
Sin embargo, tengo la sensación de que asistimos como espectadores de una obra con un guion incierto y cuyo desenlace no augura un final feliz.
Los gobiernos de todo el mundo se reúnen periódicamente para tomar medidas, que en la mayoría de los casos no cumplen, y en especial Europa ha decidido capitanear esa lucha medioambiental que sin duda es necesaria. Para ello se han tomado en nuestro entorno económico medidas muy duras encaminadas a rebajar de forma drástica, un 55% para el 2030 y de manera definitiva, el 100% en 2050, las emisiones de CO2 derivadas de la movilidad.
¿Qué ha hecho Europa para conseguir estos objetivos?
Sencillo, apostar por la movilidad eléctrica y no dar cancha, en la práctica, a otras tecnologías que pueden aportar mucho para conseguir los objetivos deseados. Es decir, apartarse de la neutralidad tecnológica que tan escrupulosamente se prometió.
Viene esto a cuento por el desarrollo de los ecocombustibles. Los ecocombustibles son combustibles líquidos bajos en carbono que provienen de materias primas alternativas al petróleo, como residuos forestales o agrícolas o CO2 capturado.
Básicamente podemos establecer tres grandes grupos de ecocombustibles:
Algunos de estos combustibles no son ciencia ficción, en la actualidad cuando repostamos nuestro vehículo ya metemos casi un 10% del total en nuestro depósito. Pero para llegar a desarrollar toda esta tecnología hace falta mucha inversión, entre 30 y 40.000 millones de € sólo en los próximos 10 años en Europa y si la normativa europea no contempla las mismas ayudas que para el desarrollo de la electrificación no será posible realizarlo.
No me parece que el vehículo eléctrico sea una mala solución, pero de lo que estoy seguro es de que no es la única solución. Hay sectores de la movilidad a los que es imposible que se aplique en la actualidad, como la aviación, el transporte marítimo o incluso el transporte por carretera de gran tonelaje, pero tampoco es la solución idónea para zonas de difícil electrificación, como zonas rurales y de baja población.
Los ecocombustibles son una solución factible hoy por varios motivos:
Para conseguir los objetivos deseados es necesario hacer uso de todas las tecnologías disponibles y no intentar hacerlas incompatibles, el futuro está en juego y la sostenibilidad ambiental de nuestra economía es imprescindible, pero no olvidemos que la transición ha de ser factible, inclusiva y justa para no dejar a nadie atrás.
Finalmente una reflexión, el balance final cero, que perseguimos para el año 2050, consiste en que se retiren tantos gases de efecto invernadero de la atmósfera como se liberan y con los ecocombustibles se puede lograr.
Un artículo de Víctor García Nebreda, secretario general de AEESCAM