Las ventas de vehículos equipados con motores de combustión diésel han caído un 8% en 2017, hasta los 6,76 millones de unidades. Esto supone la cuota de mercado más baja registrada por estos vehículos de los últimos 10 años, un 43,7%, según los datos extraídos de las matriculaciones por la consultora especializada Jato. En el mes de diciembre, las ventas de este tipo de motorizaciones cayeron un 20,5%, su mayor descenso en el conjunto del año.

Los vehículos de gasolina, y no los alternativos, fueron los más beneficiados y los que consiguieron capitalizar esta caída. Con un incremento del 11% en sus matriculaciones, la cuota de mercado de los vehículos de gasolina supera el 50% por primera vez en los últimos 10 años. Se han vendido 760.000 unidades más de estas motorizaciones.

Sin embargo, los vehículos alternativos cierran el año 2017 con una cuota de mercado del 4,8% y unas ventas de 737.400 unidades entre los 27 países de la Unión Europea, “repartidos entre híbridos, híbridos enchufables y eléctricos”, apunta Jato. Si bien es un crecimiento del 46% respecto de sus matriculaciones del año anterior, es un volumen aún muy pequeño para los automóviles en los que la industria y los Gobiernos se miran de cara a la reducción de emisiones contaminantes en las ciudades y en busca de una movilidad más sostenible.

Porque el problema del diésel en Europa es, en gran medida, de reputación, relacionada con la contaminación de las partículas que emiten (y que muchas ciudades quieren dejar fuera de su centro urbano) y a los escándalos relacionados con el fraude en la medición de las emisiones contaminantes. El caso de 2015 del software fraudulento que instaló el grupo Volkswagen en más de 11 millones de vehículos en el mundo levantó sospechas sobre todos los motores diésel de la industria.

Accede al texto completo de Noemí Navas en Cinco Días.