Tras varios meses de presiones por parte del Ayuntamiento de Barcelona y diversas plataformas ecologistas, el Ministerio de Medio Ambiente finalmente ha prohibido cualquier tipo de actividad extractiva o de sondeo sísmico en busca de petróleo dentro de los 46.000 kilómetros cuadrados que conforman el corredor natural para mamíferos marinos. La medida beneficiará a miles de rorcuales comunes, cachalotes, delfines, tortugas y ballenas con pico de Cuvier que moran y se pasean por el corredor migratorio para cetáceos que discurre entre el golfo de León, las Islas Baleares y el golfo de Valencia. Aunque temporal -el Ministerio de Medio Ambiente todavía debe aprobar el Real Decreto que proteja definitivamente el corredor migratorio de cetáceos-, la decisión ha sido bien recibida por la Aliança Mar Blava, una plataforma de entidades públicas y privadas de las Islas Baleares que lidera el rechazo de las prospecciones en el Mediterráneo de jurisdicción española.
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