¿Cómo van a cambiar las gasolineras con la irrupción de los coches eléctricos y de hidrógeno?
En realidad, ya se han ido incorporando otras energías, como el gas, el GLP o los bios. En el caso de los vehículos eléctricos, el problema es que, para hacer una carga rápida que dure entre 20 minutos y media hora, es necesario aumentar considerablemente la potencia eléctrica de las estaciones y a veces esto complica poner los postes de recarga. En el caso del hidrógeno, que parece el combustible más interesante de cara a al futuro, se están dando los primeros pasos, pero el problema es que todavía no hay coches de hidrógeno a la venta en España.
En resumen, las gasolineras pondremos a disposición de nuestros clientes las energías que usen sus vehículos, aunque en unos casos nuestro papel será más relevante y en otros, como los eléctricos, tendremos un papel más secundario, al menos por el momento.

¿De qué forma afrontarán las estaciones de servicio la competencia por los puntos de recarga ubicados en otros puntos de la ciudad?
Como he dicho nuestra vocación es servir a nuestros clientes lo que sus vehículos demanden. Por otra parte, nos parece que existiendo una red como la de gasolineras, con una perfecta ubicación, a la que los ciudadanos ya están acostumbrados a acudir y que además les ofrece otra serie de servicios asociados al coche y a sus propias necesidades, no es necesario crear otra distinta. Sin embargo, somos conscientes de que la mayoría de recargas van a ser lentas o de carga medio rápida, por lo que se necesitarán horas del vehículo en el poste y se realizarán, aparte de en los domicilios de los propietarios de los vehículos, en hoteles o centros comerciales. Lo que no parece coherente es situar postes de recarga en las calles.

¿Hay un plan establecido para afrontar estos cambios?
Desde nuestra patronal estamos formalizando acuerdos con empresas para intentar dar el mejor servicio posible. Hay que considerar que el coste medio de un poste de carga rápida está en los 60.000 € y que hoy en día la amortización de esa inversión es absolutamente imposible.

¿En qué plazo se implantará en España la “gasolinera del futuro”?
España tiene, sin ninguna duda, una de las mejores redes de estaciones de servicio del mundo, con unas medidas de protección industrial, medioambiental y de seguridad del máximo nivel, por lo que podemos decir que la gasolinera del futuro no diferirá mucho de las actuales gasolineras. Otro tema distinto es el tipo de energías que se vendan en esas instalaciones, y en ese aspecto nos iremos acoplando a lo que el mercado nos demande.

¿Se van a ofrecer otro tipo de servicios diferentes al repostaje?
Hoy en día ya se ofrece una diversidad importante de servicios en nuestras instalaciones.
Desde lavado de coches a tiendas que en algunos casos son verdaderos supermercados, pasando por lavanderías, pequeños talleres o cafeterías y restaurantes, son servicios que se dan en las gasolineras.
Estamos abiertos a nuevos servicios, por ejemplo, ya hay un buen número de gasolineras que actúan como punto de recogida de compras por internet, mediante acuerdos con compañías de distribución.

¿Son las gasolineras actuales un riesgo para la salud? ¿A qué distancia de separación de una vivienda tienen que estar ubicadas?
La gasolinera actual, con las medidas de seguridad de todo tipo que marcan las diferentes normativas y con el personal debidamente formado que trabaja en nuestras instalaciones, no supone un riesgo excepcional para la salud de los ciudadanos.
No existe una distancia marcada a la que se tenga que situar una gasolinera con respecto de las viviendas. Es más, la última modificación de la ley de Hidrocarburos que realizó el gobierno en el año 2013 y que permite poner una gasolinera en cualquier suelo que tenga uso comercial o industrial, ha hecho que proliferen las instalaciones, en muchos casos sin personal que las atienda, en muchos municipios de nuestro país.
Nuestras instalaciones venden productos que pueden contaminar o que pueden ser nocivos en su uso, si éste nos es el correcto, aunque en sí mismas no suponen un riesgo especial. Lo que sí supone un riesgo es que no haya nadie en la instalación para supervisar que las operaciones de repostaje se realizan de manera adecuada y respetando las normas de seguridad. Por ejemplo, no se puede repostar con el motor en marcha o fumando, pero si no hay personal en la instalación es imposible evitar que esto suceda.
En las gasolineras se producen diariamente incidentes, que no pasan a la categoría de accidentes porque hay un personal debidamente formado que lo impide.