Durante los meses de verano, especialmente durante julio, agosto y buena parte de septiembre, el precio de la gasolina y del diésel fue aumentando de forma consecutiva hasta superar casi los 1,8 euros el litro. Es más, hubo algunos días en los que en las gasolineras más caras de nuestro país se llegó a superar la barrera de los 2 euros el litro, algo que no había sucedido desde hacía meses cuando se logró el pico máximo histórico.

Sin embargo, hace ya unas semanas que la tendencia es a la inversa, a la baja. Una tendencia que evidentemente ayuda a los conductores, especialmente a los que acuden de forma habitual a las gasolineras ya que realizan muchos kilómetros cada semana.

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